La mentira

Dentro del contexto de la consagración de Rusa, las autoridades romanas, han ido aún más lejos en las ambigüedades, ya arriba mencionadas, seleccionado tendenciosamente los textos y aun manipulando a las personas y los sucesos.

Su oposición a Fátima, ha llegado tan lejos que no duda en recurrir a la inmoralidad de una doble mentira: en primer lugar aseguran que Sor Lucia dijo que “la consagración se ha hecho según la voluntad del Cielo” presentado cartas falsas supuestamente escritas por Sor Lucia. Al asegurar esto, ponen a Sor Lucia a contradecirse a sí misma, pues hasta 1989, siempre y en todo tipo de circunstancias repitió que las condiciones, que hemos expuesto antes, eran esenciales para la validez de la consagración misma. Y resulta que, en 1989, de repente, ya cambia de opinión diciendo que la consagración se ha realizado, siendo que no se han cumplido con las condiciones dada, como lo venía repitiendo hasta ese momento. En otras palabras: al decir esto de Sor Lucia, la acusan implícitamente de ser una mentirosa o de ser una enferma mental.

Por otro lado, por lo argumentos que hemos mencionado más arriba (8 – 11) podemos concluir que las supuestas cartas de Sor Lucia, no son auténticas. El uso que de dichas cartas hacen las autoridades romanas para probar sus teorías propias, no soporta un análisis desde el punto de vista histórico ni moral.

La pregunta que nos queda por considerar es la siguiente: ¿Cómo es posible que los más altos representantes de la “Catedra de la Verdad” se rebajen a usar tales dobleces y mentiras?

No debemos juzgarlos, pero debemos preguntarnos afanosamente ¿qué es lo que Nuestra Señora quiere enseñarnos con este miserable comportamiento? Una vez que entras en el modo de pensar y en el sistema del enemigo, llega el momento en que “el padre de la mentira” se desenmascara. En otras palabras, una vez que se renuncia a la búsqueda sincera de la verdad y se busca justificar las ideas propias, se cae cada vez más y más en una terrible ceguera. Es cuando vemos delante nuestro el falso principio que dirige estos comportamientos: “el fin justifica los medios” por lo cual debemos recordar que aunque el fin que buscamos sea excelente, eso no nos permite de ningún modo emplear medio ilícitos o desordenados para obtenerlo. ¡Aunque los modernistas estén convencidos de que Fátima ha terminado y que mucho de lo que decía Sor Lucia no era verdad, no tienen el derecho de usar medio falsos e inmorales para intentar convencernos!

Además hay que recordar que la mentira siempre lleva a la contradicción. Lo cual queda muy claro en este punto: Si piensan que Sor Lucia es víctima de sus ilusiones y “visiones” y que todo lo que dice “hay que tomarlo con cuidado y no entenderlo en sentido literal”, incluyendo lo referente a la consagración. Entonces ¿Por qué no decirlo, sencillamente y con honestidad, en lugar de intentar cubrir el asunto con pruebas falsas y mentiras? No pueden decirlo claramente, a causa de los innumerables hechos históricos y los efectos maravillosos de Fátima, y porque escandalizarían a todo el mundo católico. Lo que no puede ser eliminado, deberá ser definitivamente silenciado. ¿Cómo? Declarando que “se ha cumplido todo, de modo que Fátima pertenece al pasado”

¿No es acaso la definición misma de modernismo decir que el pasado pertenece al pasado, y en especial que la Tradición pertenece al pasado y que nada tiene que ver con nuestros tiempo o con el futuro? En conclusión, toda la historia de la supuesta consagración de Rusia es un espejo en la que cual vemos reflejada la senda que ha seguido el modernismo introduciéndose en la Iglesia. Este triste aspecto dentro de la historia de Fátima es al mismo tiempo una revelación de Nuestra Señora, en cuanto muestra a sus hijos lo que deben huir a toda costa. Y el medio seguro para no caer en estas trampas es ser fiel al mensaje que hemos recibido de Ella.